Ciudad de México, 4 de abril (SinEmbargo).– Las minas y los restos explosivos de guerra constituyen una grave amenaza para la seguridad, la salud y la vida de poblaciones locales, así como un obstáculo para el desarrollo social y económico de las regiones en done están colocadas. Por ese motivo, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió la creación del Día Internacional de información sobre el peligro de las minas y de asistencia para las actividades relativas.
“En las Naciones Unidas nos sentimos orgullosos de haber ayudado a millones de personas en países afectados por las minas. En este Día Internacional, comprometámonos a movilizar los recursos, los asociados y la determinación que necesitamos para seguir avanzando en nuestra andadura hacia un planeta sin minas”, dijo el Secretario de la ONU, Ban Ki-moon, con motivo de este día que se celebra cada año desde 2006.
Este año, los 12 organismos de la ONU que tratan el tema de las minas, tienen como objetivo fomentar la participación de las mujeres en la lucha contra las minas, para hacer esta tarea sea más eficiente y efectiva. Este objetivo conlleva empoderar a las mujeres de todas las comunidades para que se involucren en actividades de relevancia, incluyendo todas las fases de la lucha contra las minas, las cuales van desde la inspección de terrenos con potencial de riesgo y la toma de decisiones sobre la estrategia de desminado, hasta la puesta en marcha de iniciativas de desarrollo posteriores, publicó el organismo en un comunicado a propósito de esta conmemoración.
De acuerdo con ONU Mujeres, el impacto de las guerras muchas veces es más severo sobre las personas del sexo femenino. Por otra parte, las muertes de féminas provocadas por municiones, las violaciones en masa y los desplazamientos son sucesos comunes en las guerras. Además, las mujeres también sufren por el colapso de las infraestructuras mientras tratan de mantener a sus familias unidas y velar por los miembros heridos de sus comunidades.
Por otra parte, los estudios llevados a cabo por esta entidad de la ONU muestran que, desde 1992, menos del 10 por ciento de los negociadores de paz han sido mujeres, y menos del 6 por ciento de los presupuestos de reconstrucción atienden específicamente las necesidades del sexo femenino. Sin embargo, después de una guerra se da una situación irónica, ya que son precisamente las mujeres las que vuelven a agrupar a las familias y las comunidades, aunque sus roles y sus derechos sigan sin ser tenidos en consideración en las conversaciones de paz y en la consolidación de esta.
En el caso de ONU Mujeres, una de las principales prioridades que tienen es la de aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres en la paz, la seguridad y la respuesta humanitaria. Algunos de los esfuerzos incluyen dar apoyo a las activistas en los países en conflicto y en posconflicto para que estén presentes en las instancias donde se toman las decisiones sobre la consolidación de la paz y sobre su futuro, publicó esta entidad hace dos años con motivo de este día.
Actualmente, las minas terrestres y las municiones sin detonar de los conflictos armados afectan a más de 70 países en el mundo. No obstante, hasta 2012, los considerables progresos en este sentido hicieron disminuir la primera cifra estimada de más de 20 mil muertes anuales a 5 mil 200 declaradas en 2008. Sin embargo, las minas y los explosivos siguen siendo una amenaza importante para las vidas, el bienestar y el desarrollo socioeconómico de las personas y de las comunidades en más de 40 países.
